Para todo creyente y no tan creyente, es excelente la ocasión para recorrer tanto el interior como el exterior del templo erigido en honor de la Vírgen de Guadalupe, y aprovechar a la vez -bien armado con una cámara fotográfica y miralejos, de preferencia-, para desde el mirador del propio Santuario, maravillarse con la belleza del paisaje de las Sierras de Nochistlán y Morones que forman el Cañón de Juchipila.
Sugerencia aparte, es aprovechar el periodo vacacional del Verano, que es cuando el campo muestra toda su exhuberancia, para visitar tanto el cerro del Santuario, como la fiesta de Santo Santiago y los Tastuanes el 25 de Julio. Todo es propicio para una muy grata experiencia: visitar el pueblo que una vez, siglos de por medio, se llamó Santiago de Jalpa.
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